El DT pirata, Dalcio Giovagnoli, ordenó ayer una práctica de fútbol. Usó un esquema tradicional (4-3-1-2) y puso a cada jugador en su puesto. “Estamos bien encaminados”, aseguró. Pese a que la puesta a punto física para afrontar la temporada que viene acapara la mayor cantidad de tiempo en la preparación de Belgrano, ayer su entrenador, Dalcio Giovagnoli, ordenó una práctica de fútbol, en la que dejó en claro su forma de concebir el fútbol sin misterios ni experimentos.
Un esquema clásico –4-3-1-2– fue el elegido por el DT, con otra particularidad que lo diferenció notablemente de su antecesor en el cargo, Mario Gómez: ubicó a cada jugador en el puesto que, según la apreciación de los propios futbolistas, se sienten más cómodos. Así, por ejemplo, Luciano Lollo se desempeñó en la zaga (como lo había hecho siempre en inferiores, hasta que Gómez lo improvisó como número "5") y Guillermo Farré fue el volante central, posición en la que jugó la mayor cantidad de partidos en Central Córdoba de Rosario, su club anterior.
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